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Refranes de ascendencia ladina o sefaradí

"Lista de refranes populares en la región de Antioquia, Colombia.  La sociedad antioqueña (Departamento de Antioquia – Colombia) comúnmente designada “paisas”, tiene profundas raíces culturales sefardíes.  Esta región agreste y montañosa fue colonizada en tiempos de la colonia española por emigrantes “cristianos nuevos” que huían de la vigilancia de la Inquisición y mantuvieron en su cultura muchas costumbres de origen sefardí. El dialecto antioqueño es bastante parecido al ladino compartiendo por ejemplo el uso extensivo del “vos” y sus conjugaciones, al punto que ningún antioqueño, especialmente los de las zonas campesinas tendría ninguna dificultad para conversar con alguien hablando ladino.  Si desean conocer más acerca de este fenómeno hay extensiva literatura documentada sobre el origen judío del pueblo paisa.

Veo la preocupación de los círculos judíos sobre la desaparición del ladino. No se preocupen, en Colombia lo hablan por lo menos 2 millones de personas, y lo defienden como una manera de hablar regional con orgullo, diferente, pero de igual valor cultural que el castellano culto. De hecho, el actual presidente colombiano es de “paisa”, y si se lo propone, por sus ancestros, puede hablar en el más puro antioqueño, o ladino, que para la práctica es lo mismo, a excepción del uso del alfabeto, que hoy día se igual al castellano. ¿Vos que crees? ¿Qué el ladino se va pa’la porra? No dudés que está más vivo que nunca. Si vos querés saber mas de esto, mejor miras las páginas de internet destos paisa." ..... Juan M. Trillos, Colombia. Julio 22,2003


Arrieros somos y en el camino nos encontraremos

Amor de lejos, amor de pendejos.

A buen sueño, no hay mala cama.

A buena hambre no hay pan duro

A caballo regalado no se le mira el colmillo.

A cada marrano le llega su sábado.

A camino largo, paso corto.

A chillidos de marrano, oídos de matarife.

A Dios rogando y con el mazo dando.

A gato viejo, ratón tierno

A juventud ociosa, vejez trabajosa.

A la mejor cocinera, se le ahuma la olla.

A la sombra de los buenos, viven los malos.

A lo que no tiene remedio, oídos sordos.

A mal tiempo, buena cara.

A quien Dios no le da hijos, el diablo le da sobrinos.

A quien madruga, Dios le ayuda.

A veces el remedio es peor que la enfermedad.

A grandes males grande remedios.

Abril lluvioso hace a mayo hermoso.

Acabándose el dinero, se termina la amistad.

Agua que no has de beber, déjala correr.

Al buen entendedor, pocas palabras bastan

Al final, la cabra al monte tira

A lo hecho, pecho.

Al hombre que camina no se le paran las moscas encima.

Al mejor cazador se la va la liebre.

Al perro más flaco se le pegan las pulgas.

Al que madruga Dios lo ayuda.

Al vago y al pobre, todo les cuesta doble.

Amigo en la adversidad, amigos de verdad.

Amigos y libros: pocos y buenos.

Amor con amor se paga.

Amor con celos causa desvelos.

Animales ingratos: las mujeres y los gatos.

Antes que acabes, no te alabes.

Antes que te cases, mira lo que haces.

Antes son mis dientes que mis parientes.

Aprende bien a callar, para que sepas hablar bien.

Aquellos son ricos que tienen amigos.

Arbol que nace torcido, nunca se endereza.

Al que a buen árbol se arrima, buena sombra lo cobija .

Aunque la mona sevista de seda, mona se queda.

Bala que zumba no mata.

Barájamela mas despacio.

Barriga llena, corazón contento.

Bien muere quien bien vive.

Brilla por su ausencia.

Bueno es el cilantro, pero no tanto.

Buen buey no pisa mata, y si pisa no mata.

Cada loco con su tema.

Cada oveja con su pareja.

Cada perro con su hueso.

Cada quien es dueño de su miedo.

Cada uno en su casa es rey, pero su mujer hace la ley.

Cada uno se rasca donde le pica.

Camarón que se duerme, se lo lleva la corriente.

Carne que se lleva el gato no vuelve al plato.

Casado, pero no capado.

Come y bebe, que la vida es breve.

Como el apóstol 13, come y desaparece.

Con amor y aguardiente, nada se siente.

Con virtud y bondad se adquiere autoridad.

Conozco al viajero por las maletas.

Cría fama y hechate a la cama

Cria cuervos y te sacarán los ojos.

Cuando se enojan las comadres, se dicen las verdades.

Cuando uno está de malas, hasta los perros le ladran.Cuando no hay solomo de todo como

Cuando uno va de culos no hay barranca que lo ataje

De dinero y bondad, siempre la mitad.

De esperanzas vive el hombre, y muere de desilusiones.

De golosos y tragones están llenos los panteones.

De los parientes y el sol, entre más lejos, mejor.

De médico, poeta y loco, todos tenemos un poco.

De noche, todos los gatos son pardos.

De tal palo, tal astilla.

Del amor al odio sólo hay un paso.

Del árbol caído, todos hacen leña.

Del cobarde no se ha escrito nada.

Del dicho al hecho, hay mucho trecho.

Del plato a la boca se cae la sopa.

Del sabio, poeta y loco, todos tenemos un poco.

Despacio voy, porque de prisa estoy.

Día martes, ni te cases ni te embarques.

Dime con quien andas y te diré quien eres.

Dime cuanto traes y te diré cuanto vales.

Dinero sin caridad, es pobreza de verdad.

Dios aprieta, pero no ahorca.

Dios los cría y ellos se juntan.

Disfruta, come y bebe: que la vida es breve.

Donde gobierna capitán no manda marinero

Donde hay amor, hay dolor.

Donde hay amor, no hay temor.

Donde hay gana, hay maña.

Dos bueyes machos no viven en una misma cueva.

El que se fue a la villa perdió su silla y el que se fue a Torreón, su sillón.

En casa de herrero, cucharón de palo

El que no tiene mas con su mujer se acuesta

El que nace pa' tamal, del cielo le caen las hojas.

El consejo de la mujer es poco, y el que no lo toma es loco.

El hambre es la buena, no la comida.

El hombre propone la mujer dispone y el diablo sopla.

El diablo sabe mas por viejo que por diablo.

El buey viejo bien se lame

El mal escribano le echa la culpa a la pluma.

El melón y la mujer son difíciles de conocer.

El peor de los males es tratar con animales.

El pez que busca anzuelo, busca su duelo.

El pez por la boca muere.

El que a todos saluda, pronto rompe su cabeza.

El que al cielo escupe, en la cara le cae.

El que busca, encuentra.

El que canta por la mañana, llora por la tarde.

El que canta, sus males espanta.

El que da primero, da dos veces.

El que da y quita, con el diablo se desquita.

El que de mañana se levanta, en su trabajo adelanta.

El que es un buen gallo en cualquier corral canta.

El que hambre tiene, en tortillas piensa.

El que mal anda, mal acaba.

El que más hace, menos alcanza.

El que mucho corre, pronto para.

El que mucho fía, se queda con la bolsa vacía.

El que mucho habla, mucho yerra.

El que no cae, resbala.

El que no coge consejeros no llega a viejo.

El que no oye consejo, no llega a viejo.

El que no se arriesga no cruza el río.

El que parte y recomparte, le toca la mayor parte.

El que poco pide, poco merece.

El que por su gusto corre, nunca se cansa.

El que quiere baile, que pague músico.

El que quita la ocasión, evita el ladrón.

El que tiene tienda, que la atienda.

El que sale a bailar, pierde su lugar.

El sueño es alimento de los pobres.

El último en llegar, con la más fea le toca bailar.

El valiente de palabras es muy ligero de pies.

El que no llora no mama.

El que nada debe, nada teme.

En boca cerrada no entra mosca.

En boca del mentiroso, lo cierto se hace dudoso.

En casa de herrero, cuchillo de palo.

En la tierra del ciego, el tuerto es rey.

En la guerra y en el amor, todo es permitido

En pleitos de hermanos, no metas las manos.

En tiempo de guerra, cualquier hoyo es trinchera.

En todas partes se cuecen habas.

En tus apuros y afanes, acude a los refranes.

Enero y febrero, desviejadero.

Entre amigos honrados, cumplimentos dispensados.

Entre bueyes no hay cornadas. Entre marido y mujer, nadie se debe meter.

Entre más amistad, más claridad.

Es mejor deber dinero y no favores.

Ese huevo quiere sal.

Está más pelao que las rodillas de un cabro.

Está como agua pa' chocolate.

Estoy tan lleno como garrapata de yegua vieja.

Favor ofrecido, compromiso contraído.

Favor publicado, favor deshonrado.

Febrero loco y marzo otro poco.

Gratis, hasta puñaladas.

Gallina vieja hace buen caldo.

Gato escaldo del agua fría huye.

Gato llorón no pesca ratón.

Hasta al mono más listo se le cae el zapote.

Haz bien y no acates a quien.

Hazme las cuentas claras, y el chocolate espeso.

Hiciste como Blas, ya comiste, ya te vas.

Hijo mimado, hijo malcriado.

Hijo sin dolor, madre sin amor.

Hijos crecidos, trabajos llovidos.

Honra y dinero no caminan por el mismo sendero.

Honra y dinero se ganan despacio y se pierden ligero.

Indio muerto no tira flecha.

La condición hace al ladrón.

La cruz en el pecho y el diablo en los hechos.

La esperanza es la última que se pierde.

La mejor palabra es la que no se dice.

La mujer casada, preñada y en casa.

La mujer y las tortillas, calientes han de ser.

La palabra es playa, el silencio oro.

La pereza es la madre de todos los vicios

La práctica hace maestro

La ropa sucia se lava en casa.

La suerte es loca y a cualquiera le toca.

La última cuenta la paga el diablo.

La verdad padece, pero no perece.

La mujer, el caballo y la pistola no se prestan.

La zorra nunca se mira la cola.

Las cosas se parecen a sus dueños.

Las estrellas inclinan pero no obligan.

Las penas con pan son buenas.

Le metieron gato por liebre.

Le di la mano y me mordió los dedos

Levantarse con el pie izquierdo.

Lo fiado es pariente de lo dado.

Lo que a la vista está, no necesita anteojos.

Lo que bien se aprende, nunca se pierde.

Lo que nada cuesta, volvamolo fiesta.

Lo que en los libros no está, la vida te lo enseñará.

Loro viejo no aprende a hablar.

Los borrachos y los niños dicen las verdad

Los parientes y el sol, entre más lejos, mejor.

Machete, estate en tu vaina.

Madre no hay más que una.

Mal camino no conduce a buen sitio.

Más envejecen las penas que las canas.

Más hace una hormiga andando que un buey echado.

Más liso que nalga bebé.

Más quebrao que un tabaco en el bolsillo de atrás.

Más pronto cae un hablador que un cojo.

Más se aprende en un día de soledad que en ciento de sociedad.

Más vale malo por conocido que bueno por conocer.

Más vale libertad con pobreza que prisión con riqueza.

Más vale pájaro en la mano que cientos volando.

Más vale pan con amor que gallina con dolor.

Más vale poco y bueno que mucho y malo.

Más vale sano que pagarle al cirujano.

Más vale ser cabeza de ratón que cola de león.

Mata al tigre y le tiene miedo al cuero.

Mejor solo que mal acompañao.

Menos perro, menos pulgas.

Muchos hijos, riqueza del pobre.

Muerte, no te me acerques, que estoy temblando de miedo.

Nadie es profeta en su propia tierra.

No crea que el indio es pobre porque la maleta es de hojas

No hay mal que dure 100 años ni cristiano que lo resista.

No cortes el árbol que te da sombra.

No todo lo que brilla es oro

No es más rico el que más tiene, sino el que menos necesita.

No hay atajo sin trabajo.

No hay curva mala pasándola despacio.

No hay enemigo pequeño.

No hay libro malo que enseñe algo bueno.

No hay mal que por bien no venga.

No hay más sordo que el que no quiere oír.

No hay peor esfuerzo que el que no se hace.

No hay que buscarle mangas al chaleco.

No le busques tres pies al gato.

No me hables de flores, que soy jardinero.

No se cazan dos pájaros al mismo tiempo.

No se nace caballero: hay que saber serlo.

No te quemes la boca por comer pronto la sopa.

No tengas como vano el consejo del anciano.

No tropieza quien no anda.

No le pongas tanta crema a tus tacos.

Nunca es tarde si la dicha es buena.

Nunca tiene razón quien no tiene dinero.

Oír, ver y callar, para en paz estar.

Ojos que no ven, corazón que no siente.

Paga lo que debes y sabrás lo que tienes.

Pan duro, pero seguro.

Para cuchillo que corta, no hay carne dura.

Para todo hay remedio, menos para la muerte.

Para todo hay remedio, si no es para la muerte.

P'atras ni p'a cojer impulso

Pasado el tranco, olvidado el santo.

Peores nalgas tiene mi suegra.

Perro viejo, ladra sentado

Perro que ladra no muerde.

Perro que no camina, no encuentra hueso.

Poco a poco se anda lejos.

Poderoso caballero es don Dinero.

Por donde pasa la aguja, pasa el hilo.

Por el árbol se conoce el fruto.

Por la boca muere el pez.

Predicar en desierto es como aconsejar a un muerto.

Querer es poder.

Quien con el lobo se junta a aullar aprende.

Quien no nada no se ahoga.

Quien con niño se acuesta, mojado amanece

Por que te quiero te aporrio

Racimo grande, banano pequeño

Rey muerto, rey puesto.

Sabio es quien poco habla y mucho calla.

Secretos en reunión es mala educación.

Se quedó a vestir santos.

Si a tu hijo no le das castigo, serás su peor enemigo.

Si a viejo quieres llegar, las cargas has de soltar.

Si no es gato, es gata, y si no, gatito.

Si quieres conocer a Andrés, vive con él un mes.

Si quieres el perro, acepta las pulgas.

Si te digo que la burra es parda, es por que tengo los pelos en la mano.

Se esta víbora te pica, no hay remedio de botica.

Tal para cual.

Te casaste, te fregaste.

Te conozco bacalao, aunque vengas disfrazao.

Una golondrina no hace verano

Una buena acción es la mejor oración.

Uñas de gato y túnico de beato.

Víbora que chilla no pica.

Zapatero, a tus zapatos!

Zorra vieja no cae en la trampa.


Fuente: http://www.avotsefarad.net/


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LAS FIESTAS Y CELEBRACIONES

Escena de Séder de Pésaj

Las fiestas judías están muy reguladas por la liturgia y en ellas se observa un enorme cuidado en las comidas, celebraciones en la sinagoga, o en el comportamiento individual de los individuos respecto a la familia y la comunidad. El día sagrado de la semana es el sábado (sábat), que comienza el viernes al atardecer, con el rezo en la sinagoga, la preparación de la cena y el encendido de dos velas. Se interrumpen los trabajos cotidianos y mecánicos, permitiéndose tan solo aquellos vinculados con la celebración. Si seguimos un sentido litúrgico recordaríamos entre septiembre y octubre los diez días temerosos (yamim noraim), que comienzan con la fiesta de Primero de Año (Ros ha-saná) y terminan con la fiesta de la Expiación o del Gran Perdón (Yon Kipur), es un período de gran solemnidad, austeridad, ayuno y penitencia, de recuerdo de los difuntos, de petición de perdón y de reconciliación con aquellos a los que se ha ofendido. Durante el rezo en la sinagoga en este período se hace uso del característico cuerno (de carnero, gacela, chivo.) conocido con el nombre de sofar.

Continuaríamos con la festividad de las Cabañuelas (Sukot), una de las tres fiestas mayores junto a la Pascua (Pésah) y el Pentecostés (Sabuot), en la que se peregrinaba a Jerusalén. La Fiesta de las Cabañuelas, igualmente celebrada entre septiembre y octubre, dura una semana y rememora el tiempo en el que el pueblo hebreo estuvo errante entre su salida de Egipto y su llegada a la Tierra Prometida, por ello en su recuerdo las comidas principales se deben hacer a cielo abierto, bajo una pérgola, sencilla tienda, cabaña o cabañuela (suká) que permita la comunicación con el exterior. Termina esta fiesta con la exaltación de la Ley (Simjat Torá) revelada por Dios a su pueblo.

Cuando los días acortan su duración en el inicio del invierno, en diciembre, se celebran durante ocho días Las Luminarias o Consagración, la conocida Fiesta de Hanuka, que recuerda la victoria de los macabeos sobre los seleúcidas, y la purificación del Templo de Jerusalén en el 165 a.C. La leyenda cuenta como al procederse al encendido de la lámpara sagrada solo quedaba aceite para un día, pero estuvo encendida los ocho que duró la sublevación contra Antioco Epifanes al querer este sustituir el culto a Dios por el de Zeus. Por ello surge una pieza esencial la hanukiyá, lámpara con ocho cuencos más uno adicional auxiliar desde el que se van encendiendo día a día cada una de las lamparillas hasta que al final aparecen todas encendidas.


Hanukiyá

Al acercarse la primavera, entre finales de febrero o ya en marzo se celebra la fiesta de las Suertes (Purim) en la que se recuerda como los judíos se salvan de la persecución de Hamán, cortesano protegido del rey persa Asuero (¿Jerjes o Artajerjes?). Historia que se cuenta en el Libro de Ester, por lo que también es conocida esta fiesta con su nombre, ya que la salvación se produjo gracias a la intercesión de esta reina. Es una celebración muy alegre en la que se realizan multitud de juegos, los niños utilizan las carracas, se reparten dulces, aguinaldos, limosnas, etc. El Libro de Ester se lee en la sinagoga, escrito en un rollo (meguilá) de tamaño más pequeño que el rollo del séfer Torá.

Finalizaríamos con la Pascua (Pésah). Se celebra entre marzo y abril, y en origen tenía un claro sentido agrícola al marcar el inicio del ciclo vegetativo de la naturaleza. Conmemora la constitución de aquel pueblo hebreo que consiguió su libertad con el Éxodo del Egipto faraónico en dirección a la Tierra Prometida. El inicio de esta festividad, que dura ocho días, comienza en la casa con una cena ritual (seder) en la que se dispone con mucho cuidado una serie de alimentos con gran sentido simbólico que aluden en gran medida a su vida sometida en el país del Nilo, además se lee el Hagadá, o texto sagrado donde se cuenta el Éxodo.

Si en lugar de la liturgia nos centramos en el ciclo vital de los judíos señalaremos además tres importantes celebraciones igualmente muy reguladas con gran celo: la circuncisión, el matrimonio y la muerte. La circuncisión (berit milá), que se realiza a los niños a los ocho días de nacer si no hay ningún impedimento de salud, recuerda la alianza de Dios con su pueblo. Se realiza en la casa o en la sinagoga por el circundador (mohel) acompañado por el padre y el padrino (sandaq) acompañados por diez hombres adultos (minyán).


Cortejo fúnebre de la Agadá Morisca.

La formación de los niños en la sinagoga de los preceptos religiosos es muy importante y se culmina con la fiesta de la mayoría de edad a los trece años. Con anterioridad a la solemne ceremonia el todavía niño realizará (el lunes, jueves o sábado anterior) una exégesis o lectura comentada e interpretativa (darús) sobre algún texto bíblico siguiendo las directrices de la literatura religiosa hebrea (Talmud). Tras la mayoría de edad el muchacho quedará sujeto a los preceptos religiosos de la comunidad (bar misvá) y podrá atar en su cabeza y en su brazo izquierdo las filacterias (tefilim) y cubrirse con el manto (talit) cuando así lo exige la liturgia.

La boda es otro de los momentos claves en la vida de todo judío. Contaba con un contrato (ketubá) donde se fijan todas las cláusulas matrimoniales (dote, posible divorcio…). La fiesta se compone del compromiso (erusín) y de la santificación del matrimonio (quidusín). De nuevo se celebra en la sinagoga, bajo un palio (jupá) y ante la presencia mínima de los diez varones adultos (minyán).


La muerte o tránsito a la otra vida en espera de la resurrección es otro de los momentos importantes en la vida de todo judío. La preparación del moribundo, cuando era posible, del cadáver, de la mortaja, del enterramiento y funeral, y del luto seguían unos pasos muy bien definidos.


Fuente: http://cvc.cervantes.es/artes/sefarad/sefardita/celebraciones.htm


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HISPANIA ROMANA Y SEFARAD. EL CONCILIO DE ELVIRA DEL SIGLO IV

Será en los primeros siglos de nuestra era cuando podamos hablar ya de una comunidad judía estable en la Península, y sobre todo tras la dispersión de la población hebrea tras la política de ocupación romana a lo largo de la segunda mitad del siglo i. Será en dicha centuria cuando constatamos por primera vez la denominación de Hispania como Sefarad de la mano del discípulo del rabino Hillel, Jonatan Ben Uziel. Aunque no es mucho lo que sabemos de estos primeros momentos, la cultura material comienza a hablarnos de una realidad. En la inscripción del Ara de Justino, del siglo ii, conservada en el Museo Nacional de Arte Romano de Mérida, se hace alusión al lugar de origen de este personaje que procedía de Flavia Neápolis, la actual Nablus, lo que ha llevado a identificarlo como un personaje judío/samaritano. En Elche se encontraron los posibles restos de una sinagoga del siglo iv y en el Museo Sefardí de Toledo hallamos tempranas representaciones del candelabro de los siete brazos o menorá, en un fragmento de cerámica fechada entre los siglo iv y v, o en la celebérrima Pileta trilingüe encontrada en Tarragona y fechada entre los siglos v y vi.

Pileta trilingüe de Tarragona. En Museo Sefardí de Toledo

Parece lógico pensar que las medidas restrictivas de los emperadores romanos también afectarían lógicamente a Sefarad. De la característica política sincretista romana de los inicios se pasó al enfrentamiento paulatino ante la propia naturaleza de la religión hebrea, y posteriormente también la cristiana, al aceptar solamente un Dios único y omnipotente, lo que atentaba de lleno contra los cimientos de las creencias politeístas romanas. Presión que igualmente continuó con los emperadores cristianos. Constantino (306-337) no permitió que los judíos tuvieran esclavos cristianos y reguló sus obligaciones respecto al estado. Teodosio (378-395), aunque más tolerante, penalizó los matrimonios mixtos al considerarlos adúlteros, etc. Casi todas las disposiciones imperiales giraban acerca de los mismos temas.

Sin duda el documento más importante del período en el mundo hispano son las controvertidas actas del Concilio de Elvira, presumiblemente de principios del siglo iv, organizado en la ciudad romana de Iliberis o Granada. Dichas actas se recogen en las colecciones canónicas a partir del siglo vi y constituyen la mejor prueba de la importancia que había adquirido la comunidad hebrea ante la preocupación que demuestra la jerarquía cristiana por regular y censurar al máximo las relaciones entre cristianos y judíos. Entre otras decisiones, se prohíben los matrimonios mixtos e incluso que judíos y cristianos se sienten a una misma mesa.



Fuente: http://cvc.cervantes.es/artes/sefarad/sefardita/hispania_romana.htm


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SEFARAD Y LA ESPAÑA MEDIEVAL CRISTIANA

Inscripción hebrea del mausoleo de Fernando III

No debieron ser muchos los judíos de la España cristiana de los primeros siglos tras la invasión musulmana del 711. Las comunidades sefardíes irían aumentando con el progresivo afianzamiento de los reinos cristianos del norte de la Península y su crecimiento territorial hacia el sur. Su presencia se explicaba mediante el pacto que los monarcas realizaban con ellos para que pudieran vivir en sus reinos, como si de huéspedes se tratase, y además tenían un régimen jurídico específico. Pagaban directamente al soberano por lo que su presencia le proporcionaba grandes beneficios. Durante los primeros siglos (viii-xiii) se respiró un ambiente de cierta tolerancia aunque terminaron siendo corrientes los preceptos normativos que intentaban limitar su libertad en el vestir o en las construcciones de sus sinagogas por ejemplo. Su presencia aumentó ante las fracturas políticas que se produjeron en Al-Andalus entre los siglos xi y xii, con la desintegración del Califato o las invasiones norteafricanas de almorávides y almohades. Participaron en la repoblación de los territorios anexionados y algunas aljamas llegaron a tener un gran desarrollo como por ejemplo la de Toledo, donde su presencia posibilitó el desarrollo de la celebérrima Escuela de Traductores, al ayudar en la traducción de multitud de textos clásicos griegos conservados en árabe que posteriormente se fijarían en latín.

Las comunidades hebreas nunca llegaron a asimilarse en la sociedad cristiana medieval al conservar su marcada identidad. El enfrentamiento con la sociedad cristiana fue en aumento así como las leyes de cortes, bulas o actas conciliares que limitaban cada vez más su libertad a todos los niveles.

Las leyendas que los acusaban de todo tipo de atrocidades y las predicaciones de destacados hombres de la iglesia como el famoso arcediano de Écija, Ferrand Martínez, fomentaron el odio visceral entre las capas más bajas de la sociedad que, unido al debilitamiento del poder real, garante de su integridad, terminó ocasionando importantes persecuciones a finales del siglo xiv, y la elaboración de leyes que les iban cerrando el paso a ciertos cargos y profesiones. En este ambiente llegamos a los tristemente famosos pogromos o matanzas de judíos de Sevilla del 1391, que se extendieron como un reguero de pólvora por múltiples localidades andaluzas primero y por el resto de Castilla después.

Semejante tensión produjo la conversión al cristianismo de multitud de judíos, algunos de los cuales llegaron a tener un protagonismo destacado como el famoso Pablo de Santa María, rabino de la judería de Burgos que llegó a ser obispo de la misma ciudad. Se inicia así otro importante problema, el de los conversos o cristianos nuevos, muchos de los cuales seguían practicando su antigua fe mosaica en la clandestinidad, pero al menos su nueva situación neófita les permitía conservar su precedente posición social, lo que levantó la desconfianza en amplios sectores de la sociedad cristiana.

La legislación continuaba dando muestras de la misma intolerancia. En 1412 la reina Catalina de Lancáster, influida por el dominico San Vicente Ferrer y por otros personajes como el citado obispo de Burgos, aprueba una pragmática o conjunto de leyes contra los judíos entre las que destaca su obligado encerramiento en sus aljamas para evitar el contacto con los cristianos.

La tensión parece aliviarse ligeramente durante los reinados de Juan II, Enrique IV y en la primera parte del gobierno de los Reyes Católicos. Se llegó incluso a intuir una posible recuperación de las aljamas, tan empobrecidas por los acontecimientos anteriores. Como reflejo de ello asistimos a la elaboración en 1432 de las conocidas tacanot de Valladolid por los procuradores de las aljamas castellanas, con el intento de constituirse en un ordenamiento general para todas las juderías de Castilla, y en 1443 Juan II tomó bajo su directa protección y amparo a los moros y judíos del reino. Pero todo fue un falso espejismo. Las medidas de presión aumentaron sobremanera a lo largo del último tercio del siglo xv. La expulsión de 1492 terminaría siendo inevitable.


Fuente: http://cvc.cervantes.es/artes/sefarad/sefardita/espana_medieval.htm


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SEFARAD Y AL-ÁNDALUS

Capitel bilingüe

Con la invasión islámica que se inicia en el 711 el judaísmo español comienza una de las páginas doradas de Sefarad por el gran desarrollo que alcanzó en el campo de la política y de la cultura. La mayor permisividad de las autoridades musulmanas respecto a la represión de los monarcas visigodos hizo que los judíos no mostrasen ningún rechazo a la invasión sino todo lo contrario. Asistimos al nacimiento de importantes juderías como las de Lucena, Córdoba, Valencia, Toledo, Sevilla, etc. Al igual que los cristianos, eran considerados «gente del libro» o dimmies, por lo que su situación religiosa era permitida y protegida en al-Ándalus. Lógicamente sufrieron muchas limitaciones que se repiten continuamente en la legislación, aunque su situación dependió mucho según los gobernantes. En cualquier caso no podían levantar sinagogas a su antojo, y estas no podían destacar respecto a las construcciones circundantes. En numerosas ocasiones se promulgan leyes que exigen que su vestimenta sea especial para ser fácilmente distinguidos, que no puedan desempeñar cargos públicos, que debían recitar sus oraciones en voz baja o que no pudieran cabalgar a caballo, etc. Según el momento habría más o menos relajación en el cumplimiento de unas normas que se repiten y que por lo tanto indican su incumplimiento.

Respecto a sus ocupaciones en la sociedad andalusí, en numerosos casos llegaron a ocupar cargos de gran relevancia, fueron consejeros y visires de gobernantes, caso de los Nagrela en la taifa de Granada, y en ellos recayeron en bastantes ocasiones funciones diplomáticas por su dominio de idiomas. También fueron importantes médicos, astrónomos, artesanos, contables o comerciantes.

La llegada de los musulmanes facilitó la renovación intelectual de los judíos sefardíes. Su pronta arabización y las intensas relaciones existentes entre todo el islam, les abrió las puertas de un mundo inmenso y les permitió participar vivamente en las nuevas corrientes de pensamiento, no solo de los árabes sino también de los hebreos de Persia. Se inicia así un período de aproximadamente dos siglos (x-xii) en el que los judíos españoles escriben las páginas más preciosas de la cultura sefardí y demuestran el gran desarrollo alcanzado en teología, filosofía, gramática, poesía, medicina, etc. Se llegaron a crear una especie de academias formativas en ciudades como Córdoba o Sevilla.

Pero un período tan dilatado de ocho siglos de presencia musulmana en la Península no fue homogéneo y se pueden distinguir claramente varios momentos. Durante la primera parte y en especial en la época del califato omeya y de los reinos de taifas, siglos x-xi, los judíos logran un gran protagonismo en la vida social de al-Ándalus, y los encontramos ocupando elevados puestos en la administración junto a los monarcas. La magnífica formación de muchos miembros de la comunidad sefardí hizo que esta se convirtiera en la mejor cantera de embajadores, y así aparecen judíos en embajadas, recibiendo altos dignatarios extranjeros o firmando tratados con otras potencias. Pero la situación ya mostraba visos de cambio tras el derrumbamiento de Córdoba a principios del siglo xi, cuando muchos judíos optan por huir a otras zonas de al-Ándalus, o cuando en el 1061 se produce un pogrom o matanza de judíos en la tafia granadina ante la animadversión que había producido en la sociedad el elevado poder alcanzado por la comunidad hebrea.

Todo cambia tras las invasiones norteafricanas, especialmente con las almohades del siglo xii, ya que estos son muy radicales en sus posturas religiosas lo que supone el final del apogeo de las comunidades hebreas en al-Ándalus y su posterior destierro a otros lugares, caso del norte de África, Egipto por ejemplo, o de la España cristiana, que durante los siglos xi y xii, y en reinados como los de Alfonso VI y Alfonso VII fueron incluso recibidos con cierta simpatía.


Especial mención merece el Reino de Granada nacido con la disolución del imperio almohade tras su derrota en las Navas de Tolosa del 1212. La presión creciente de las autoridades cristianas sobre la comunidad hebrea a partir del siglo xiii, a pesar de la existencia de breves capítulos más tolerantes como el vivido durante el reinado de Juan II de Castilla, motivó que muchos judíos huyeran al abrigo de los nazaríes, especialmente durante el siglo xiv, en cuya segunda mitad se multiplicaron los progromos en numerosas aljamas castellanas.



Fuente: http://cvc.cervantes.es/artes/sefarad/sefardita/al_andalus.htm


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GLOSARIO BÁSICO SEFARDÍ

Aljama: Comunidad hebrea constituida dentro de una población con carácter e independencia judicial, religiosa, administrativa, etc. Por extensión, también se ha utilizado en el caso de las comunidades musulmanas.

Bet Din: Tribunal judío.

Genizah: Depósito de textos que no deben destruirse por ser sagrados o por tratar temas que afectan a la sociedad judía y que se ubica en las sinagoga.

Hanuka: Fiesta que conmemora la purificación del templo tras la victoria de los macabeos sobre los seleucidas en el 165 A.C. Como recuerdo de tal festividad se utiliza la hanukiya o lámpara de ocho luces más otra adicional.

Ketuba (Ketubot en plural): Contrato de matrimonio donde, entre otros puntos, se fija la dote y su devolución en caso de divorcio.

Marrano: Palabra que define al judío que se convierte falsamente al cristianismo.

Menora: Candelabro de los siete brazos que recuerda al que existía en el Templo de Jerusalén.

Mezuzá: Estuche que se ubica en la parte superior de la jamba derecha de la puerta de la casa con pasajes de la fe judía o Semá.

Micvé: Baño litúrgico que se realiza por inmersión y se ubica por lo general junto a la sinagoga.

Midrás: Significa ‘búsqueda’, y se utiliza para designar el género literario que intenta explicar las sagradas escrituras.

Pesah: Pascua judía.

Purim: Fiesta judía  de las Suertes en el que se rememora el Libro de Ester.

Qabbalah: Lectura o exégesis de la Ley Sagrada en clave alegórica o misteriosa, que en no pocas ocasiones desemboca en supercherías y prácticas astrológicas.

Rabbí: Maestro de la religión hebrea.

Sabbath: Fiesta semanal por excelencia. Comienza en el atardecer del viernes y termina al anochecer del sábado.

Shavuot: Fiesta que conmemora la entrega a Moisés de las Tablas de la Ley en el Sinaí.

Semá: Profesión de fe judía que se compone por tres pasajes bíblicos. (Deuteronomio 6:4-9 y 11:13-21 y Números 15:37-40).


Fuente: http://cvc.cervantes.es/artes/sefarad/sefardita/glosario_basico.htm


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